Uno de los aspectos más atractivos del viajar en bicicleta es el sentirse autónomo. Encima de tu bicicleta llevas todo lo que necesitas para combatir el frío y la lluvia, para cocinar, para dormir, etc. Pero es necesario disponer de lugares donde adquirir provisiones de agua y comida. Es imprescindible estudiar la ruta que te espera por delante para organizar las cantidades necesarias a llevar contigo para los días por venir.
En este aspecto, Namibia es un gran reto. En un país con una densidad de población de 3 habitantes por km² las distancias entre poblaciones son inmensamente largas. Si a largas distancias se le añade las temperatura elevadas, el reto se centra sobre todo en la gestión del agua. En días de calor hemos llegado a beber 1 litro de agua por persona cada 10 kilómetros. Y lo máximo que hemos llegado a cargar en cada bici son 8 litros de agua. Así pues, si por delante te esperan 200 kilómetros sin posibilidad de adquirir suministros, necesitarías cargar 20 litros en cada bicicleta. La única solución que hemos encontrado es confiar en la ayuda de otros. En estos casos, hemos pedido a otros viajeros que se movían en coche si nos podían dejar garrafas de agua en un punto acordado. ¡Qué gran alivio el llegar al lugar donde pasar la noche en acampada libre y encontrar esas garrafas de agua! Con ellas, a veces incluso nos han dejado divertidos mensajes de ánimo.
En casos de emergencia, cuando nuestro cálculo del agua necesaria se ha quedado corto, también hemos podido contar con la ayuda de otros viajeros. Hemos parado a algún vehículo para pedir agua y en todos los casos no solo hemos recibido agua sino también ánimos y una gran sonrisa. Hay incluso ocasiones en que la gente, sin que nosotros hagamos nada, detiene su vehículo al vernos en ruta para preguntar si necesitamos algo. Hay quien también nos ha dado una cerveza fría, fruta, unas barritas energéticas o rusks (unos dulces típicos de Sud África).
En definitiva, pedalear por Namibia ha sido posible gracias a la amabilidad y generosidad de esas personas con las que nos hemos cruzado en plena ruta. Además, es bonito cómo la necesidad de obtener agua nos ha llevado a conocer a gente maravillosa.
CARAVANA CICLISTA SOLIDARIA
El objetivo de KARABAN es pedalear en forma de caravana de bicicletas desde Andorra hasta Kenia
Una caravana solidaria de 12.000km por una buena causa.
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