IMAGINACIÓN Y ESPERANZA

Después de más de 2.000 km pedaleados por Namibia, hemos decidido tomar unos días de pausa para formar parte de una iniciativa local que apoya a niños y niñas en situaciones de vulnerabilidad. El proyecto se encuentra en el pueblo de Mavanze, situado en una región rural a 15 km de la ciudad de Rundu, donde viven muchas familias con recursos muy limitados.

La Theresia’s Foundation es un pequeño oasis verde donde los niños y niñas de la zona saben que encontrarán un espacio para jugar, estudiar y, además, aprender sobre agricultura, ya que una de las ramas de la fundación se centra en el cultivo de tierras para generar ingresos para el proyecto. La Fundación también trabaja activamente para seguir recibiendo donaciones y así poder ofrecer alimentos a los niños y niñas.

Durante nuestra estancia en Mavanze, David ha colaborado creando contenido audiovisual para promover la Fundación y seguir buscando empresas y particulares que quieran colaborar con la iniciativa. Elena ha colaborado con clases de refuerzo, actividades y juegos para trabajar habilidades y competencias con los niños y niñas que cada tarde vienen a la Fundación. Tanto los más pequeños como los más grandes muestran unas ganas infinitas de aprender, observar, escuchar, descubrir…

 

Además, David ha estado grabando dos videoclips para dos hermanos que producen sus propias canciones. Cabe decir que la grabación de los videoclips resultó ser un gran evento, y la gente del pueblo y los niños y niñas no dudaron en unirse como cantantes y bailarines. ¡Y de vergüenza, bien poca!

De nuestra estancia en Mavanze nos llevamos un gran aprendizaje sobre la fortaleza humana en situaciones de pobreza material. La imaginación y la esperanza son grandes herramientas con las que estos niños y niñas construyen oportunidades allá donde faltan.

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